martes, 24 de febrero de 2015

ASSE DENUNCIA QUE PRESOS FINGEN LOCURA PARA QUE LOS LLEVEN AL PSIQUIÁTRICO

El protocolo indica que, en estos casos, lo que se debe hacer es ingresar al lugar, rescatar al paciente agredido y trasladarlo a otro módulo. Seis guardias de seguridad (que son funcionarios del centro y que no van armados) y dos enfermeros atravesaron las tres rejas que los separaban del lugar del disturbio. Mientras se acercaban escuchaban los desgarradores pedidos de auxilio: "¡Ayúdenme, por favor; ayúdenme!".

Eran nueve contra uno. Pero cuando se acercaron a ellos para separarlos se dieron cuenta de que se trataba de una trampa, de una simulación. Los diez internos, con cortes punzantes en sus manos, amenazaron al personal, atravesaron las tres rejas que los separaban de la libertad y se fugaron.
Se marcharon por la puerta trasera, que no tenía guardia. Luego atravesaron las quintas en las que trabajan algunos internos, saltaron la reja y se perdieron en las calles. Todo a plena luz del día. El módulo 11 es el de los más peligrosos. En total, hasta el pasado domingo, había 36 pacientes en esta situación —el módulo 16 es el idéntico para mujeres y allí hay 14 internas más. El Vilardebó tiene un total de 330 pacientes, el 54% está internado por orden judicial.
Los fugados tienen entre 18 y 45 años. Sus antecedentes van desde rapiña y violencia privada, a homicidio y homicidio con agravantes. Y sus patologías se mueven entre trastornos graves de personalidad, cuadros psicóticos y bajo nivel intelectual con dificultad para el control de los impulsos.

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