Montevideo, 15 de agosto de 2012.-
VISTA
Las actuaciones presumariales tramitadas precedentemente respecto del indagado G.G.G. con intervención de la Sra. Fiscal Letrada Nacional en lo Penal de 14º turno Dra. Raquel González Tornaría y la Defensa Pública a cargo de la Dra. Teresita Domínguez
RESULTANDO:
1.- Del instructorio practicado surgen elementos de convicción suficientes que permiten determinar la ocurrencia de los siguientes hechos: el 13 de agosto de 2012 próximo a las 16:00, según lo convenido con su cónyuge P.V.M., el indagado G.G., no conviviente con su pareja, fue en busca de la menor hija V.G.V. de cinco años de edad al domicilio materno sito en Ingavi XXXX ap. XXX. El padre pretendía estar con V. durante la tarde y aprovechando la visita, la abuela M.G. le haría entrega de un obsequio por el día del niño. Así, al llegar al domicilio de G. en Emilio Castelar XXXX, éste permaneció en todo momento con su hija. Próximo a las 21:30 horas G. llamó por teléfono a la casa donde reside V., siendo atendido por su hijo N. quien notó agitado a su padre. Advertida de ello prosiguió hablando P.V., constatando que el hombre respiraba agitado y preguntado qué le sucedía manifestó que no tenía nada, para luego agregar que se quedara tranquila que devolvería a la niña. Preocupada por la situación, P.V. solicitó un taxi al servicio 141 y se dirigió a la casa del hombre arribando próximo a las 22:00 horas. Cuando llegó abrió la puerta y encontró a G. con la niña en brazos y le daba besos mientras la hamacaba en su regazo; el indagado presentaba la ropa ensangrentada y la menor yacía inerte en los brazos del hombre, precisando la Sra. V. que le levantó el buzo y percibió que tenía cortes. G. se negaba a entregar a la niña aduciendo que estaba dormida. P. V. comenzó a gritar “qué hiciste, la mataste”, trataba de hacerse del cuerpo de la pequeña pero el indagado no se lo permitía; forcejearon, se cayó la mesa del comedor generándose un desorden del resto de los enseres; cuando la mujer fue hasta la cocina notó en el piso un pequeño charco de sangre y al lado un destornillador. Inmediatamente después salió de la casa dirigiéndose a la vivienda lindera, domicilio de su suegra M.G. a quien le pidió un teléfono para dar aviso a la policía.
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